viernes, 3 de junio de 2011

Cansado de mentiras

Unas de las tantas cosas que aprendí en mi escuela fue de expresar todo lo que me parecía injusto y llevarlo hasta donde tenga que hacerlo, pero ya veo que donde vivo ese método no es eficaz para resolver los problemas. Hace varios meses envié una carta presentando una queja al periódico nacional Juventud Rebelde donde ellos rápidamente se dieron cuenta que la solución estaba en el Ministerio de Trabajo, y la hicieron llegar hasta mi provincia y de ahí hasta el municipio. Luego del gran recorrido me enteré que estaba en mi localidad y tenían la obligación de darme respuesta; fui citado por una compañera que atiende quejas de la población, una compañera aparentemente muy sincera, eso si cariñosa, me atendió y hizo varias preguntas, y ambos nos dimos cuenta que el factor fundamental fue la mal información que ellos tienen, es decir no dan la información necesaria a la población. En el tiempo que estuve allí fue una joven de 23 años que estaba pasando por lo mismo y por la misma causa, no fue orientada por ellos.

Como también me percaté que no hay una gran organización en el otorgamiento de empleos, pues si en alguna empresa hay plazas casi nunca llegan al ministerio de trabajo que es quien debe otorgar las plazas, pero desgraciadamente así es como vivimos actualmente en mi país, que tiene caras lindas, pero otras que no dan gusto mirarlas. Luego de analizar todas esas realidades me di cuenta que mi carta fue innecesaria, pues solo hizo ruido pues no cumplí mi objetivo. Ayer en la mañana recibí una carta de la provincia donde me daban según ellos una respuesta oficial, pensé que era algo diferente, pero en su contenido venía un resumen de mi queja Cambiada  no realmente como fue, y finalizaron diciéndome que mi queja no tenía validez, pues ya me habían ofrecido plazas ajenas a mi profesión (las cuales me la ofrecieron después que yo impusiera la carta). Fue tanta la rabia que me dio todo ese texto que lo único que me dio fue por destrozar en pedazos aquella mentira. Entonces la única conclusión que puedo sacar que todo es una completa mentira.

miércoles, 1 de junio de 2011

Rabia

Tengo 22 años, pero desde mi adolescencia he ido adquiriendo valores, los aprendía con el paso de los errores, tal vez por esa razón tenga el carácter o más bien Criterio que llevo dentro y siempre defiendo ante cualquier situación, una de ellas y la más importante es sencillamente “Respetar la vida de los demás”, me parece que no debe ser tan difícil respetar las acciones, gustos y decisiones de los demás. Los amigos estamos para ayudarnos, peor nunca permitiría yo que alguien me juzgara por las decisiones que yo tome. Es algo que me noté en una persona, aún no me han dicho nada pero cuando lo hagan descargaré toda bellas palabras que se merecerá, aunque gran parte de esa rabia, por llamarle de algún modo la estoy descargando ahora redactado este post. Nunca permitiré que nadie se meta en mis asuntos y mucho menos en mi vida; un consejo se le acepta a cualquiera pero reclamar eso si no lo tolero. 
 
Por otra parte me sigo dando cuenta de que no podemos confiar en las personas, muchas de las amistades son solo de nombre, nuevamente cuando quiero confiar en alguien me traicionan y es algo que no tiene perdón, la traición no se perdona, al menos así pienso yo. Si yo no me entrometo en los problemas de los que están en mi alrededor ¿Por qué se meten en mis asuntos?, hasta cuando tendré que soportar esta atrasada cultura. En estos momento lo que más quisiera es recoger las pocas cosas que tengo y lo que amo y largarme de todo esto, pero al pestañear me doy cuenta que no es posible. Al menos ahora, yo nunca me daré por vencido, y mantendré mis ideas muy firme y con gran orgullo.